Después de una visita fugaz pero intensa de El Calafate nos dirigimos a la ciudad de San Carlos de Bariloche. Bariloche es muy conocida en Argentina y es uno de los rincones mas turísticos del país. Esta pequeña ciudad se encuentra rodeada de montañas y lagos andinos. El mas importante recibe el nombre de Nahuel Huapi, con unos 500 Km2 de superficie. La verdad es que nos recuerda mucho al paisaje pirenaico del Valle de Benasque en Huesca, aunque ya se sabe que las comparaciones son odiosas. Entre tanta montaña y río uno puede realizar numerables excursiones, pero de entre todas ellas decidimos aventurarnos en una de rafting. Catalogado de clase 3, este rafting tiene un recorrido de 12 quilómetros y dura algo menos de 3 horas. Este mismo "paseo" se hace en 50 minutos cuando el río esta crecido, que sucede en la época de primavera. La verdad es que fue una experiencia muy divertida y mojada!! Siempre al son de los cachondos y graciosos guias. Tengo que decir que en la balsa íbamos 6 chicas, el guia y yo. Ya os podéis imaginar como se me quedo el brazo de remar, porque era lo que había que hacer: remar y no caerse. Yo de lo primero me hinché, lo segundo no lo puede evitar, ni yo ni Cristina. No recuerdo si fue en el segundo o en el tercer rápido que tres de nosotros dimos con los huesos en el agua y recorrimos unos cuantos metros del río a nado. Fue muy, pero que muy divertido. Particularmente, ha sido el día mas entretenido de todos, ya que terminamos la velada con un buen asado y vino, conversando con un matrimonio de brasileños muy enrollados.
Como veis, hemos tenido que salir de España para hacer rafting, aunque eso si, lo hicimos en la cordillera de Los Andes.
Mirad en esta dirección, veréis algunas imágenes: