Durante el trayecto que recorrimos el pasado miércoles desde Máncora (Perú) a Cuenca (Ecuador) la tensión y los nervios estuvieron latentes en todo momento. Cruzar la frontera, situada a un par de horas de Máncora por carretera, es realmente peligroso por la zona que se debe atravesar para llegar a ella. Un pasaporte vale mucho dinero y hay quien haría cualquier cosa por conseguir uno y falsificarlo de inmediato. Esa sensación de inseguridad nos invadió en todo momento. Para colmo, las temperaturas elevadas no ayudaban demasiado a relajar la situación. Nos pareció increhible la cantidad de controles y tiempo que tuvimos que pasar para adentrarnos en el nuevo país.
Habríamos disfrutado mucho más del verde y lindo paisaje si no hubiese sido por la inconsciencia del conductor que manejaba nuestro bus. No llegamos a entender cómo pueden estar al volante "asesinos suicidas" de tales dimensiones y que no haya nadie que diga nada al respeto. Por sentirme mejor y menos culpable de exponer nuestras vidas al peligro, pedí al conductor más prudencia y una velocidad más adecuada a las características de la carretera. La verdad... no sirvió de nada. Finalmente, llegamos a Cuenca.
Cuenca es una linda ciudad ubicada en el sur del Ecuador. Está situada a 2.550 metros sobre el nivel del mar, ubicada sobre una gran plana en la cordillera de los Andes, por lo que se encuentra rodeada de verdes montañas. Es agradable pasear por sus callejuelas y conocer sus museos, inmensas Iglesias, edificios de estilo colonial. Desde Turi, la zona más alta de la ciudad, se puede ver la totalidad de ésta y la vegetación que la rodea.
La artesanía está muy presente y se remonta a mucho tiempo atrás. Personas de edad, todavía conservan sus trajes, complementos y peinados típicos que ofrecen un colorido muy especial a sus calles.
El mal de altura nos ha afectado a los dos. La cantidad de oxígeno que respiramos aquí es inferior a la que tenemos habitualmente. Sufrimos ligera sensación de vértigo, algo de dolores de cabeza, dificultad en la respiración y náuseas. También se nos ha alterado el sueño y nos cuesta dormir. Cuando comemos, rápidamente tenemos sensación de estar llenos... Suena mal, no? Pero bueno... De momento, no nas ha impedido hacer nada...
El lunes intentaremos regresar a Perú para segur nuestro viaje. La vuelta será por aire!!!
1 comentario:
Rudi y Cris, em pusieron una sonrisa en los labios al imaginarlo a Rudi surfeando. que penita que les afecto la altura de Cuenca, y ahora a que parte del Perú se van? conoceran la Selva Peruana?
cariñitos.
Gilda
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