Lago Titikaka
Cuando nuestros ojos ya habían capturado algo tan memorable como la fortificación inca (Machu-Picchu), regresamos a Aguas Calientes para coger nuevamente un tren hasta Cuzco.
A la mañana siguiente partimos a Puno. Esta vez en un tren de 10 horas. El trayecto estuvo muy bien: tranquilos, cómodos y disfrutando una vez más de la riqueza natural del Perú. Puno se encuentra a 3900m. de altura y es famoso por estar bañado por las aguas del lago Titikaka (el navegable a más altura del mundo). Por su ubicación se ha convertido en un lugar muy turístico, aunque ahora, en temporada baja, no se aprecia tanto. Vale la pena pasear por sus angostas calles, sus mercados y probar la diversidad de comida local que se vende de manera ambulante.
A la mañana siguiente partimos a Puno. Esta vez en un tren de 10 horas. El trayecto estuvo muy bien: tranquilos, cómodos y disfrutando una vez más de la riqueza natural del Perú. Puno se encuentra a 3900m. de altura y es famoso por estar bañado por las aguas del lago Titikaka (el navegable a más altura del mundo). Por su ubicación se ha convertido en un lugar muy turístico, aunque ahora, en temporada baja, no se aprecia tanto. Vale la pena pasear por sus angostas calles, sus mercados y probar la diversidad de comida local que se vende de manera ambulante.
El fin de semana decidimos conocer algunas de las islas que se encuentran en el Lago Titikaka. Estuvimos en las islas flotantes de los Uros (20 aproximadamente). Cada una está habitada por unas 3 o 20 familias, quienes construyen sus casa con totora (planta), el mismo material que forma la base de toda la isla flotante.
Isla de los Uros
Para el almuerzo desembarcamos en Amantaní, donde viven familias que acogen a turistas en sus propias casas. Allí nos alojamos en una de las casas y nos ofrecieron su comida vegetariana. Paseamos por la pequeña isla y, después de la cena, nos prestaron vestidos típicos y participamos de una pequeña fiesta al ritmo de su música. La hospitalidad de esas personas nos hizo disfrutar mucho durante todo el fin de semana. Nos pareció interesante contactar tan directamente con indígenas de la zona sur de Perú.
A la mañana siguiente, regresando de nuevo a Puno, hicimos una parada en otra de las islas, Taquile, donde pudimos probar la deliciosa trucha del lago.
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